Al hablar de la UNAM, hablamos no solo de su importancia académica, sino también del gran aporte que ha hecho a este país, tanto en lo académico, en lo cultural y arquitectónico. Muestra de esa gran arquitectura es Ciudad Universitaria, esa gran construcción, surgida en los años 50´s, y que con el paso de los años sigue siendo tan admirada como el primer día.
La UNAM desde hace muchos años ha sido reconocida por sus logros académicos, pero hacia falta algo, algo como un símbolo, que hiciera sentir a los universitarios más unidos y más identificados con su escuela. Por esta razón surge la idea, de crear un complejo, en donde no solo se impartieran clases, sino que se pudieran desarrollar diversas actividades en un ambiente agradable. Los primeros encargados de este proyecto fueron los arquitectos Mauricio Campos y Marcial Gutierrez Camarena, que como parte de su tesis profesional se encargaron del diseño de Ciudad Universitaria. Originalmente estaba planeada para la zona que hoy ocupan los hospitales de Huipulco, pero en 1943 se eligen como cede los terrenos del Pedregal de San Ángel.
Fueron varios años de diseño, de conseguir permisos, de cambiar los planos una y otra vez, de amueblar, todo con el propósito de construir algo digno de lo que representaba la UNAM.
Finalmente en 1952 con una ceremonia encabezada, por el entonces presidente, se inaugura Ciudad Universitaria, pero no fue hasta 1954 que se iniciaron las clases.
Actualmente todos disfrutamos de las instalaciones de Ciudad Universitaria, las cuales reconocemos por sus jardines, por sus grandes edificios, y, quizá un elemento de los más representativos de la UNAM y de todo México, por los murales que adornan diversas áreas.